Pamela ha dedicado toda su carrera a abogar por la justicia para las mujeres. Su compasión por las sobrevivientes está profundamente arraigada en sus propias experiencias personales con el acoso sexual, la violencia doméstica y el sistema de justicia penal. En 1977, Pamela se unió a la primera demanda por acoso sexual en educación y lideró la lucha para definir el acoso sexual como una experiencia y también como una violación legal. Su caso ilegalizó el acoso sexual en la educación y presagió el #MeToo, #TimesUp y todos los movimientos que le siguieron.
En 2017, Pamela fue honrada como la Mujer del Año por el Distrito 18 de la Asamblea por el asambleísta Rob Bonta y el Caucus Legislativo de Mujeres de California por dedicar su vida para la defensa de la justicia social y servicio a la gente del condado de Alameda.